Lo que das vuelve a ti. Si entregas energía buena, risas, alegría y amabilidad, lo mismo vuelve a ti. Pero tu proceder no puede depender de la forma como se comporten contigo los demás. Ej: «Espero a que alguien sea amable conmigo para ser amable con él». Al actuar así pierdes el control y pones tu buena energía en manos de otros, porque no todo el mundo es amable siempre. Toma el control y sé amable, entrega risas y da alegría sin importar quien la recibe o cuál sea su estado de ánimo; actuando así tomas la iniciativa de entregar energía maravillosa al Universo. Y teniendo el control de lo que entregas, también tienes el control de lo que recibes.